Este año hemos decidido no comprar huevos de pascua para regalar y hacerlos nosotros mismos. ¡Toda una aventura!
Ha sido una mañana muy divertida, dónde hemos acabado con chocolate hasta en las cejas, hemos dejado la cocina patas arriba y el olor a chocolate dos días más tarde sigue instalado en la cocina. ¡¡Delicioso!!
Hemos comprado:
Chocolate, mucho chocolate.
Praliné.
Chucherías como ositos, lacasitos, y lo que más os apetezca.
Antes de empezar es básico tener moldes para hacer los huevos, gallinas o bombones que se quieran y un termómetro para medir la temperatura del chocolate.
Empezaremos poniendo el chocolate en un bol y deshaciendolo al baño maría o al microondas. Una vez esté deshecho, lo sacaremos del bol, lo pondremos encima del marmol. ¿Porqué? Porque así logramos bajar más rápidamente la temperatura del chocolate.
No dejaremos de remover el chocolate en todo el rato, así no dejamos que se separe la manteca del chocolate (sino quedarían manchas en el chocolate).
Cuando la temperatura haya llegado a los 28º para el chocolate negro o 27º para el blanco o con leche, rellenaremos rápidamente los moldes de chocolate, esparciéndolo por todos lados y les daremos la vuelta para que el chocolate restante caiga. Repetiremos esta operación dos veces. Los huevos tienen que quedar como en la foto. Y la cocina... en fin... Todo al lavaplatos y ¡listo!
Entonces dejaremos secar preferiblemente el chocolate toda la noche o una hora por lo menos en la nevera. Desmoldaremos dando golpecitos con mucho cuidado.
Una vez tengamos las dos partes del huevo hechas, las acercaremos a la vitrocerámica caliente un segundo y las engancharemos. Ya tenemos nuestro primer huevo hecho.
Uno a uno vamos a ir cerrando los huevos, algunos podemos rellenarlos de lo que nos apetezca, chucherías, praliné, un mensaje bonito, una joyita, etc...
Esperamos que os gusten y os animéis a hacerlos con o sin vuestros peques esta semana Santa. ¡¡Un beso y felices vacaciones!!