Al día a día todos los papás, por cansancio y comodidad, nos saltamos “nuestras propias normas” y aunque a corto plazo ceder ante nuestros hijos parece la solución, en realidad “hacemos” niños inseguros, que no van a entender porque ahora esto lo puedo hacer y ahora no.
En el post de hoy vamos a explicar un poquito estas normas y límites...
¿CÓMO TIENEN QUE SER LAS NORMAS?
- Pocas normas y nunca más de una a la vez. “No toques el plato, deja el juguete y ven para aquí” es demasiada información.
- Claras y concisas “Tienes que portarte bien” es demasiado abstracto y no lo van a entender. Nos podrían preguntar: “¿Mamá, y que quiere decir portarse bien?”. Es mejor acciones concretas “Dame la mano para cruzar la calle”.
- Normas estables en el tiempo, sino el niño no podrá predecir y una de las consecuencias serán las conductas inapropiadas.
- Las normas no tienen que ser preguntas, sino afirmaciones y si van seguidas de un “por favor” ¡genial!
- Ofrecer opciones “Es hora de vestirse, ¿quieres el vestido rojo o el gris?” Así tendrán sensación de que ellos también deciden y pondrán menos resistencia.
- Es preferible decir lo que si debe hacer “Habla bajito” a lo que no debe hacer “No se puede chillar”.
- Explicarles el porqué abreviadamente “El juguete no se tira porque se puede romper”.
- Y por supuesto las normas siempre coherentes con la edad y temperamento del niño.
En definitiva, somos los papás los que ponemos los límites y educamos, siempre siendo buenos ejemplos para ellos y en un entorno de cariño y amor.
¡Y nuestros peques algún día nos agradecerán haber tenido normas!
¡No hay ningún niño traumatizado por estar bien educado!
Es tan importante poner normas como dificil darlas, gracias por estos valiosos consejos!
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