El fin de semana pasado con el buen tiempo y las ganas de desconectar y salir de Barcelona, nos fuimos a la Cerdanya, ya sabéis que nos encanta. De hecho, hace nada os contábamos lo bien que lo pasa Greta allí con los ponys.
Pues bien, habíamos estado con Claudia de más bebé, cuando aún no se "enteraba" de mucho, pero ahora ¡¡alucinó!! Os puedo asegurar que se lo paso MUY BIEN (en mayúsculas).
¿Qué tendrá la naturaleza, los animales, el aire libre... que gusta tanto a los peques?
Fue un fin de semana tranquilo, bueno tranquilo entre comillas, porque ir con la peque a cualquier sitio es estar sentada 1 minuto y fijar la atención en algo medio minuto! ;) ¡jejeje! Pero está monísima, está en ese momento en el que todo le llama la atención, lo señala todo con su dedito índice, y te mira en plan...
¿Y esto qué? ¡Cuéntamelo que lo quiero saber todo! Una esponja, como digo yo, absorbe toda la información que ve y que oye.
Fuimos a Llívia, por dónde pasa el río Segre, nos sentamos en la orilla y le enseñamos a tirar piedras ¡pumba! ¡pumba! Le gustó muchísimo la idea, se partía de la risa, luego con algunas hojas las poníamos encima del agua como si fueran barquitos, esto mientras le cantaba "Había una vez un barquito chiquitito..." ¡fue un planazo!
Es increíble como con la simpleza del agua, piedras y hojas pudo estar casi dos horas súper entretenida.
Al día siguiente fuimos a ver caballos, vacas y gallinas. A Claudia le gustan mucho los cuentos y tiene uno de animales de la granja que es de sus preferidos. Por tanto cuando vio delante de ella un caballo se quedó perpleja.
No lo sé, ¡aunque confieso que me encantaría saberlo! Sólo sé que le gustó muchísimo porque para sacarla de la hípica ¡fue un drama! No había manera, sólo acepto cuando le dijimos que íbamos a ver vacas ¡muuuuuu!
En el jardín de casa descubrió las hormigas, que también las conoce de un cuento, "ititas" de petites (pequeñas) como ella dice. Las perseguía con su dedo gateando detrás de ellas. ¡Pobrecitas! Otro momento gracioso fue cuando vio una mosca en su brazo y ¡la intentó cazar! ¡jajaja!
En fin, que vale la pena salir por ahí a la naturaleza con los peques, es algo diferente para ellos y eso hace que se diviertan y se entretengan con una mosca ¡nunca mejor dicho!
¿Tenéis alguna anécdota de vuestros peques la primera vez que descubrieron algún animal? ¡Seguro que hay mil!
¡ Feliz fin de semana!
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