Es curioso como cambia la percepción de las cosas y de los lugares al tener hijos. Probablemente hace 6 años nunca me hubiese imaginado que acabaría yéndome a vivir fuera de Barcelona. Siempre me había gustado vivir en la ciudad pero al tener a Greta esta visión cambió bastante.
Nunca me olvidaré de la primera sensación que tuve al salir del hospital con ella en los brazos, subirla al coche y ponernos en ruta hacia casa. El mundo me pareció taaaaaaan agresivo... Los coches, los pitidos, las obras, el tabaco, la contaminación, el ruido, etc...Y ella tan frágil y delicada...¡¡Llamadme hiperproteccionista!! Lo sé, no pude remediarlo :-)
Yo vivía en la Calle Balmes de Barcelona en una zona muy céntrica. A los que conozcáis Barcelona sabréis que es una de las calles con más tráfico de la ciudad. Y durante el primer mes de vida de Greta cada vez que salía de casa a pasear chocaba con un mundo que no me gustaba. El tráfico, los ruidos, la falta de parques, el asfalto, etc. Cosas normales cuando vives en el centro de la ciudad. Pero a mi me faltaba un refugio para ella...
Fué a partir de entonces que empecé a pensar que no quería criar a mis hijos allá. Quería más árboles, pájaros, calles pequeñas, parques, tranquilidad, y menos coches, ruidos, tiendas, asfalto,...
El hecho de que Greta fuese a un colegio fuera de Barcelona nos ayudó, ya que nos pasábamos muchas horas en el coche para llevarla y recogerla...Y por fin, tres años y medio más tarde, después de dar bastante la lata y de buscar casa durante casi más de un año hemos encontrado un hogar al que mudarnos fuera de Barcelona. Ha merecido la pena la espera. Esta justo delante del colegio de Greta y a 20 minutos de nuestra antigua casa. ¡¡Y lo mejor de todo es que los dos peques se han adaptado de maravilla!!
Ahora con Lucas me paseo por callecitas pequeñas, me despiertan los pájaros por la mañana, desde mi salón solo veo árboles, Greta va en bici cada mañana al colegio, tenemos mil parques a los que llevarles y tengo una vida algo menos ajetreada y social pero estoy encantada.
No se cuanto duraremos aquí ni si es el lugar ni la casa de nuestras vidas pero estoy feliz de haber tomado la decisión y haber seguido nuestras ilusiones sin escuchar demasiado las voces en contra. Ahora, por fin, puedo escribiros desde nuestra nueva casa. Y aquí estoy, de noche sentada en el sofá con todas las ventanas abiertas a una calle hipersilenciosa que huele un montón a jazmín, pero eso sí, con unos vecinos inesperados...¡¡¡Los mosquitos!!! Jajajaja. No se puede tener todo....
¡Feliz día!
Todo cambia con los peques!!! Creo que la decisión es correcta. Los peques disfrutan mucho mas de barrios mas residenciales que de la gran ciudad. Lo has descrito a l perfección. Al final son épocas en la vida. ....veras que en unos años, quizás la opción de volver a Balmes se os plantea de nuevo cuando los peques ya no lo sean tanto. ....pero por el momento, a disfrutar de vuestro nuevo hogar y de las cosas tan positivas que ofrece a vuestra familia.
ResponderEliminarTodo cambia con los peques!!! Creo que la decisión es correcta. Los peques disfrutan mucho mas de barrios mas residenciales que de la gran ciudad. Lo has descrito a l perfección. Al final son épocas en la vida. ....veras que en unos años, quizás la opción de volver a Balmes se os plantea de nuevo cuando los peques ya no lo sean tanto. ....pero por el momento, a disfrutar de vuestro nuevo hogar y de las cosas tan positivas que ofrece a vuestra familia.
ResponderEliminarQue linda reflexion!!! Nos hace pensar a las mama cual es nuestra prioridad. Y por los mosquitos...donde vivimos nosotras con Mia (MI HIJA) son parte del dia a dia, jaja y lo compli es ser alergicas. Saludos desde Argrntina
ResponderEliminar¡¡¡Gracias por estos comentarios tan bonitos!!! Motiva mucho el saber que la gente entiende y comparte este tipo de decisiones... yupiiii
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