10.4.13

Somos 2… ¿Y si fuéramos 3?


Cuando una pareja empieza a tener las primeras conversaciones acerca de ser papás, se crea un clima de emoción muy especial. Durante esta época sólo tu y tu pareja sabéis de la posibilidad de "esa gran decisión", y ese secretismo hace que las miradas entre los dos sean más significativas que nunca.

Vais por la calle, veis un bebé y automáticamente nace una sonrisa en vuestra boca, un pensamiento en vuestra mente y un apretón de mano queriendo decir "¿¡Tú también has sentido esa mezcla de miedo y emoción?!" ;)

De repente todos los amigos parece que hablen del baby boom, te preguntan “¿Y vosotros para cuando?” “¡Ui! ¡No no aún no!” Y vuelve a aparecer ese cruce de miradas con tu pareja...

Y es que sin duda alguna, es el paso más importante en una relación, la demostración más grande de amor, el querer tener un hij@ que os unirá para siempre en una nueva etapa de muchísimas alegrías pero también preocupaciones, sensaciones y emociones nunca antes vividas, y en definitiva, empezar una familia, ¡vuestra familia!

Son días de muchas dudas ¿Estamos preparados? ¿Seré una buena madre? ¿Seremos capaces de compaginarlo todo? Y cuando más cerca está el momento de empezar a buscar el bebé, más crece esa ambivalencia, esa mezcla entre "sí, es el momento" e "y si nos estamos precipitando" pero en el fondo, los dos sabéis que esas dudas, seguramente, son fruto de la gran responsabilidad que significa ¡traer al mundo a una nueva personita!

…Y escribiendo este post, me he trasladado a esa época mía, en la que, después de un gran viaje a la otra punta del mundo con mi pareja, mil conversaciones y cientos de preguntas con o sin respuesta llegamos a la gran decisión de dar el gran paso... Y casi 1 año después, aquí estamos, esperando impacientes el nacimiento de nuestra peque ;)

Mi consejo de hoy es muy sencillo, hay que vivir al máximo cada momento, sin prisas, no querer adelantar acontecimientos… Cuando llega “ese gran momento” lo sabes, ¡lo sabéis los dos! Y es aquí cuando hay que hablarlo y pensarlo, porque ser papás no es ninguna decisión que se pueda tomar al aire y si te equivocas no pasa nada. Aquí sí que pasa, porque estamos hablando de niñ@s que dependerán de nosotros, del amor y valores que les demos, la educación que les enseñemos y los cuidados y atenciones del día a día que les dediquemos. Todo para que puedan crecer y tengan una infancia más feliz o igual que la que hemos tenido nosotros.

¡Feliz miércoles!

1 comentario: